Se trata de un instrumento mediante el cual la aseguradora se compromete a abonar al asegurado una cantidad de dinero en una fecha establecida si el beneficiario sigue vivo. Como además de un instrumento de ahorro, es un seguro con cobertura en caso de fallecimiento.
En este caso, un seguro de ahorro entrega el capital y el interés pactado al vencimiento del mismo. No se producen abonos de intereses periódicos, pero los tipos que se ofrecen suelen ser más atractivos que el de los depósitos bancarios. A diferencia de otros productos de ahorro como los planes de pensiones se garantiza una rentabilidad, que dependerá del tipo de interés, al vencimiento del mismo.
En general, como sucede con los planes de pensiones, el asegurado deberá hacer ingresos periódicos que contarán como capital aportado. La periodicidad de las aportaciones vendrá especificada en el contrato, pudiendo ser mensual, trimestral o anual. Existen algunos seguros de ahorro que permiten aportar todo el capital al inicio y no exigen ingresos extra.